Cambiando Tu Mentalidad: Contagia Tu Fe

Apocalipsis 19:10 «Entonces caí a sus pies para adorarle. Y me dijo: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús; adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.»

Introducción

Una mujer, confinada en su hogar debido a una enfermedad, aprendió a escribir observando a sus hermanos. Desesperada por su futuro, decidió independizarse sin decírselo a sus padres. Un día, escuchó en la radio sobre un programa de capacitación para personas con discapacidades dirigido por un pastor. Sin dudarlo, llamó al pastor y, después de treinta y ocho años, salió de su casa por primera vez para unirse al programa. Gracias al pastor, consiguió trabajo en una fábrica de joyas, a pesar de las dificultades físicas que enfrentaba.

En la televisión, apareció feliz, aunque apenas podía mover los labios, y declaró: «Después de treinta y ocho años, salí al mundo y conocí a Jesús. Aprendí a pulir joyas y ahora siento el verdadero significado de la vida, estoy muy feliz.» Aunque tenía dificultades para hablar y moverse, escribió poesías tan buenas que fueron publicadas. Esta mujer conoció a Jesús, quien le dio propósito a su vida y le enseñó un oficio. Se sintió dichosa al poder independizarse.

Su actitud positiva y optimista nos hace reflexionar sobre nuestra propia felicidad. A pesar de tener más razones para ser feliz que ella, me di cuenta de que no lo era. Me pregunté cómo, a pesar de sus limitaciones, podía ser tan feliz. Esto me llevó a pensar profundamente sobre las verdaderas condiciones para ser feliz en un mundo donde muchos, a pesar de tener salud y comodidad, no lo son.

La Gente Piensa que la Felicidad Está en los Bienes

Mucha gente cree que una vida feliz se logra acumulando cosas materiales, incluyendo vestimenta, comida, vivienda y salud. Sin embargo, si consideramos qué nos hace felices o no, las cosas materiales abarcan no más del veinte por ciento, mientras que el ochenta por ciento concierne a la mente.

Algunos piensan que una buena amistad o una pareja les traerá felicidad. Sin embargo, esto puede ser una bomba de tiempo porque, cuando este factor desaparece, su vida, construida alrededor de esa persona, se desmorona. La fama tampoco garantiza la felicidad. Estas son cosas superficiales, externas y momentáneas. Las cosas superficiales son como la ropa; al ponérsela por primera vez, uno se siente bien y animado, pero luego se desgasta. Lo superficial no perdura para siempre.

Vestirse con trajes de primera calidad o cambiar de automóviles solo brinda felicidades pasajeras. Además, llega un momento en que dice: «¡basta!»

La Felicidad Solo se Puede Lograr Desde el Interior

La verdadera felicidad se logra desde el interior. La solución para tener una verdadera felicidad es a través de Jesucristo. Debemos encontrarnos con Dios y dialogar con Él para que el agua de vida fluya dentro de nosotros. Al encontrarnos con Jesucristo y dialogar todo el tiempo con Dios, y ofrecerle cánticos de gratitud, experimentamos la verdadera paz y felicidad dada por el Espíritu Santo.

No se puede tener felicidad si el corazón se encuentra vacío. Hoy muchos artistas cantan sobre el amor. Aun así, esta clase de amor no puede llenar corazones vacíos. Solamente cuando uno cree en Jesucristo como su Salvador personal, el Espíritu de Dios llenará nuestros corazones de paz y felicidad. Debemos darle a Dios toda la alabanza, toda la adoración y toda la gratitud, y rogar que el Espíritu Santo llene nuestras vidas con el agua de la vida.

La Mujer del Pozo Necesitaba del Agua que Calma la Sed de Verdad

Jesús le dijo a la mujer de la ciudad de Sicar: «Si tú bebiereis de esta agua, volverás a tener sed». Jesús lo dijo en forma simbólica. Esta mujer había tomado de cinco pozos distintos. En otras palabras, se había casado cinco veces. Pero en las cinco oportunidades, no pudo satisfacerse, y en esos momentos estaba casada con un sexto marido, y aún estaba sedienta.

Jesús le enseñó cómo hallar la felicidad y no tener más sed, tal como se lo enseñó a la mujer samaritana. Jesús dijo: «El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás» (Juan 4:14). El agua que nos da Jesús es de una fuente que nunca deja de fluir.

El evangelio de Jesucristo no solo nos guía al cielo, sino que nos da paz y esperanza en nuestros corazones, y nos hace superar todos los problemas para que podamos vivir una vida feliz y optimista. Es por eso que las personas que tienen a Jesús en su corazón sienten una gran satisfacción en la vida. Sus corazones están siempre alegres y llenos de esperanza, miran la vida con optimismo y viven una vida muy feliz.

Cuando Realmente Eres Feliz, Podrás Contagiar a Otros con Tu Felicidad

La mujer del pozo, al encontrarse con Jesús, fue alegre y feliz a testificar de lo que había vivido. Luego, una muchedumbre se acercó a Jesús y también pudo experimentar esa felicidad.

La mujer minusválida que, después de 38 años, salió de su casa para valerse a sí misma gracias al programa de un pastor, salió en televisión hablando de cómo Jesús le había cambiado la vida y cómo obtuvo empleo. Además, publicó su libro de poesía, y su testimonio fue contagioso.

Podemos optar por una posición de queja o de agradecimiento. Estas dos actitudes lo cambian todo. Una persona que encuentra a Jesús y muere a sí misma llevará su felicidad a donde vaya, y su hogar terminará contagiado de esta fe que produce vida, gozo y felicidad.

Conclusión

La verdadera felicidad no se encuentra en las cosas materiales ni en las relaciones superficiales. Se encuentra en una relación profunda y continua con Jesucristo. Al llenarnos del Espíritu Santo y vivir en comunión con Dios, encontramos una paz y felicidad duraderas que transforman nuestras vidas y las de aquellos a nuestro alrededor.

En el próximo capítulo de esta serie sobre «Cambiando Tu Mentalidad», exploraremos cómo la gratitud y la adoración pueden transformar nuestra perspectiva y acercarnos más a la verdadera felicidad que solo se encuentra en Dios.

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