El Ascenso
Texto base: 1 Reyes 19:19-20
«Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré.»
Introducción
Las pruebas que enfrentamos en la vida pueden ser vistas como exámenes de fe y carácter. La Biblia, nuestro libro de referencia y guía, nos muestra cómo hombres y mujeres de Dios enfrentaron diversas situaciones, obteniendo tanto victorias como derrotas. Estas historias nos enseñan que las pruebas, aunque difíciles, pueden llevarnos a una promoción espiritual y a un crecimiento profundo en nuestra relación con Dios.
En este sermón, exploraremos cómo nuestras respuestas a las pruebas determinan nuestro futuro espiritual. No se trata de éxito o fracaso en términos humanos, sino de cuánta presencia y gloria de Dios podemos manejar sin ser afectados negativamente.
El Rey de Israel y las Saetas
«Y le volvió a decir: Toma las saetas. Y luego que el rey de Israel las hubo tomado, le dijo: Golpea la tierra. Y él la golpeó tres veces, y se detuvo. Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo: Al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno; pero ahora solo tres veces derrotarás a Siria.» (2 Reyes 13:18-19)
Este pasaje nos muestra que nuestras acciones reflejan lo que hay en nuestro corazón. El rey de Israel reveló su falta de pasión y fe al golpear la tierra solo tres veces, lo que limitó la victoria que Dios quería darle. De la misma manera, nuestra fe es el vehículo del poder de Dios en nuestras vidas. Jesús mismo dijo en varias ocasiones: «Sea hecho conforme a tu fe».
La Parábola de los Talentos
En la parábola de los talentos, vemos cómo Dios confía a cada uno de nosotros diferentes medidas de recursos y habilidades. Lo importante es cómo administramos lo que se nos ha dado. Dios quiere confiar más en nosotros, pero esto depende de nuestra fidelidad y diligencia en manejar lo que ya tenemos.
Elías en su Momento Más Difícil
«Entonces Elías dijo al pueblo: Solo yo he quedado como profeta del Señor, pero los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta hombres.» (1 Reyes 18:22)
Elías pasó por un momento muy difícil, sintiéndose solo y desanimado, al punto de pedirle a Dios que lo lleve. Sin embargo, Dios le recordó que no estaba solo: había 7000 personas que no se habían inclinado a Baal. Además, Dios le instruyó que ungiera a Eliseo como su sucesor, proporcionando a Elías apoyo y ánimo para continuar.
El Llamamiento de Eliseo
Eliseo estaba arando la tierra cuando fue llamado por Elías. Esto nos muestra que Dios llama a personas que ya están ocupadas y trabajando. Al recibir el manto de Elías, Eliseo dejó inmediatamente sus bueyes y corrió tras él, demostrando su disposición a obedecer y servir.
«Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré.» (1 Reyes 19:19-20)
La Obediencia en el Ministerio
El ministerio no se alimenta de aplausos o reconocimientos, sino de obediencia a Dios. Esto significa escuchar Su voz y actuar en consecuencia. Juan el Bautista es reconocido como uno de los mayores profetas del Antiguo Testamento porque caminó en el espíritu y poder de Elías. Aunque Eliseo tuvo una unción mayor que la de Elías, el reconocimiento de Juan como «Elías» demuestra que el cielo honra a aquellos que crean un impulso espiritual para las generaciones siguientes.
Elías está a punto de partir con Dios
La comunidad de profetas ya estaba al tanto de la inminente partida de Elías, y se lo hicieron saber a Eliseo. Eliseo, habiendo aprendido mucho de Elías durante su recorrido juntos, sabía que el momento se acercaba.
«Aconteció que cuando quiso Jehová alzar a Elías en un torbellino al cielo, Elías venía con Eliseo de Gilgal. Y dijo Elías a Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado a Bet-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron, pues, a Bet-el. Y saliendo a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Bet-el, le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad.» (2 Reyes 2:1-3)
La prueba de fidelidad
Elías le pide a Eliseo que se quede atrás tres veces, en Bet-el, Jericó y el Jordán. Cada vez, Eliseo rechaza quedarse y sigue a su maestro. Esta persistencia y lealtad muestran su determinación y pasión por seguir el llamado de Dios.
«Y Elías le volvió a decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron, pues, a Jericó. Y se acercaron a Eliseo los hijos de los profetas que estaban en Jericó, y le dijeron: ¿Sabes que Jehová te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Él respondió: Sí, yo lo sé; callad.» (2 Reyes 2:4-5)
Finalmente, Elías y Eliseo llegan al Jordán, y Elías realiza un milagro al dividir las aguas con su manto, permitiéndoles pasar en seco. Este acto simboliza la transición y la continuidad del poder y la unción de Dios.
El deseo de una doble porción
Después de cruzar el Jordán, Elías le ofrece a Eliseo la oportunidad de pedir lo que quiera antes de ser llevado. Eliseo pide una doble porción del espíritu de Elías. Este pedido es audaz y refleja su deseo de continuar y ampliar la obra de su maestro.
«Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no.» (2 Reyes 2:9-10)
La prueba final y la impartición
Elías le dice a Eliseo que su petición se cumplirá si lo ve ser llevado al cielo. Esta condición requiere una atención y enfoque inquebrantables. Cuando Elías es llevado en un torbellino, Eliseo ve el evento y recibe el manto de su maestro, simbolizando la transferencia de la unción.
«Eliseo tenía una condición: ver cómo el Señor se llevaba al cielo a Elías para recibir esta doble porción. Había un torbellino, y Eliseo no podía distraerse ni apartar sus ojos de Elías. Y cuando el manto cayó, Eliseo fue al Jordán, probó la unción, golpeó el agua y dijo: ¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías? Las aguas se dividieron, entonces dijo: Lo tengo.»
El manto cayó del cielo, y con él, el llamado y la doble porción que Elías no podía dar por sí mismo. Era Dios quien impartía esa doble unción sobre Eliseo. Con este manto, Eliseo caminó fielmente y realizó muchos milagros en su ministerio.
Promoción
La promoción en el ministerio y en la vida espiritual siempre está vinculada a la obediencia, la pasión por Dios y la capacidad de mantener el enfoque a pesar de las distracciones. Eliseo nos enseña que la verdadera promoción no depende de los halagos ni de la validación externa, sino de la humildad, el amor y la fidelidad a Dios.
«La cuestión siempre es la obediencia, la pasión por Dios y la confianza. A pesar de las distracciones en el camino, no debemos perder de vista el objetivo. Superar esas distracciones es crucial. Podemos manejar la promoción sin la necesidad de halagos y con un ego muerto, dejando que el amor y la humildad prevalezcan en nuestra vida. Elegir la humildad es el desafío diario de cada uno de nosotros. Nuestro sentido de éxito no debe anular nuestro sentido de propósito. Podemos mantener nuestra mirada en Jesús, a pesar de las turbulencias.»
Conclusión
Esta reflexión sobre Elías y Eliseo, vemos un patrón de pruebas, fidelidad y promoción. Dios usa las pruebas para revelar lo que hay en nuestros corazones y para preparar nuestras vidas para mayores responsabilidades y bendiciones. Eliseo demostró que estaba dispuesto a seguir a Dios sin reservas, sin importar las dificultades o las pruebas que enfrentara. Su disposición a seguir a Elías y su deseo de una doble porción de su espíritu muestran una pasión y un compromiso profundos.
Como cristianos, estamos llamados a tener la misma pasión y compromiso. Debemos estar dispuestos a seguir a Dios sin importar las circunstancias, confiando en que Él tiene un plan y un propósito para nuestras vidas. Al igual que Eliseo, debemos mantener nuestros ojos en el objetivo, superar las distracciones y seguir adelante con fe y obediencia.
En resumen, la promoción espiritual y el crecimiento en nuestra relación con Dios dependen de nuestra disposición a obedecer y seguir Su llamado con pasión y humildad. Dios busca corazones fieles y apasionados que estén dispuestos a recibir Su unción y a caminar en Su poder. Que podamos, como Eliseo, buscar una relación más profunda con Dios y una mayor unción para cumplir Su propósito en