Ministerio en Equipo: La Clave para el Éxito en la Iglesia

«Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu» (Proverbios 16:18).

Introducción

Había un hombre carismático con buenas intenciones que, después de convertirse en el líder de su nación, se transformó en un dictador. A pesar de que en sus inicios era un buen hombre, el poder lo corrompió.

Podemos aprender una valiosa lección a través de esta historia: el hombre no es un ser absoluto. Si alguien pretende liderar un grupo o gobernar una nación absolutamente solo, seguramente se corromperá. No existe ningún país dictatorial que no tenga injusticias ni actos de corrupción. En estos países, el líder se rodea de personas que lo alaban y no hay nadie que se oponga a sus decisiones, lo que lleva inevitablemente a la injusticia y la corrupción. Un buen ejemplo es el de Gung Yea.

Por otro lado, otro personaje carismático, Kyon Hwon, el restaurador del país llamado Bekche, falló en la restauración de su país por haberse rodeado de hombres insensatos. Perdió la capital de Sudo y Kumsung, y la ciudad del norte, Hankeriong, debido a la incompetencia de sus hombres. Finalmente, tuvo que rendirse ante Wang Gon.

La Importancia de un Buen Equipo

La incompetencia de un líder puede ser el derrumbamiento de toda una nación. Un gran líder debe rodearse de hombres competentes. Kyon Hwon era un gran hombre, pero la incompetencia de los que lo acompañaban lo llevó a su derrota. Otra razón de su fracaso fue la falta de carácter, pues no podía controlarse y no sabía esperar pacientemente; quería que todo fuese rápido y simple.

La Sabiduría de Wang Gon

Ahora observemos a Wang Gon. Él unió los dos países mencionados con el suyo y nombró a su nuevo imperio Corea. A pesar de no ser un personaje muy carismático, fue el que obtuvo la victoria. No era un personaje con gran carisma; sin embargo, era muy paciente y supo trabajar con hombres muy competentes. Se rodeó de hombres que lo servían fielmente y lo seguían hasta la muerte.

Proverbios 15:22 «Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en la multitud de consejeros se afirman.»

El Trabajo en Equipo

El factor más importante para llevar un objetivo a cabo es el trabajo en equipo. Cuando un jugador de béisbol logra un home-run solo, todos los espectadores aplauden a quien corre por las bases. Pero por más home-runs que haga, si sus compañeros son expulsados, no podrá hacer más de un punto por turno. La mejor manera de acumular más puntos es ir bateando todos e ir ganando base por base.

Es inevitable tener una directiva de consejeros para poder alcanzar una meta. Si uno trata de alcanzar una meta solo, nadie podrá ayudarlo en tiempos de crisis. Pero si se trabaja en equipo, aun en tiempos de dificultad todos podrán ayudarse y llegar a un buen fin. No solo yo, sino «todo el equipo» debe actuar en todo momento. Es en el trabajo en equipo donde reside el secreto de la victoria; cada uno plantea sus ideas y luego actúa de acuerdo con la mejor de ellas. Esto es ministerio en equipo.

La Iglesia y el Ministerio en Equipo

Lo mismo ocurre en la iglesia. La iglesia no prosperará por la competencia de un solo hombre. Un líder ordinario que trabaje en equipo tendrá más frutos que un líder talentoso y carismático. En la sociedad de hoy, no son los extraordinarios los que prosperan. Lo que se necesita para progresar es la cooperación de un equipo compuesto por personas ordinarias. En otras palabras, trabajar en equipo.

En el pasado, un carismático era el que guiaba a las multitudes, pero en la sociedad moderna el trabajo debe hacerse en equipo para que las multitudes los sigan. Por lo tanto, los pastores deben trabajar en equipo con los líderes de las células. Si el pastor hace todo por sí solo, se fatigará rápidamente y obtendrá poco fruto. Los pastores deben cuidar a los líderes de las células y trabajar en equipo con ellos para obtener una buena cosecha. Solo así lograremos que todos queden satisfechos, ya que todos habrán participado y los frutos demostrarán su efecto.

La Selección de un Equipo Competente

Al igual que un gobernante de un país escoge bien a sus ministros, no podemos liderar como dictadores ni rodearnos de personas incompetentes. Debemos rodearnos de un equipo competente y proporcionarles capacitación para mejorar sus habilidades y delegar responsabilidades. Estas personas deben ser de confianza, evitando así traiciones que puedan dañar la imagen y el progreso del ministerio.

En el momento de elegir a sus discípulos, Jesús podría haber reunido a miles de personas para enseñar la palabra. Pero no hizo eso. Eligió a doce discípulos. Humanamente hablando, los discípulos de Jesús no eran intelectuales. Eran hombres ordinarios. Sin embargo, Jesús los eligió, les enseñó la palabra y trabajó en equipo con ellos. Los mandó de dos en dos para que predicaran la palabra. Jesús les enseñó durante tres años y medio, y murió en la cruz del Calvario.

Lucas 10:1 «Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de sí a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.»

Conclusión

La clave para un ministerio exitoso es el trabajo en equipo. Jesús proporcionó formación y moldeó a sus discípulos para convertirlos en enviados que cambiarían el mundo conocido. Debemos seguir su ejemplo, rodeándonos de personas competentes y leales, trabajando juntos para cumplir el propósito de Dios. Solo a través del ministerio en equipo podremos alcanzar grandes metas y ver una cosecha abundante en nuestras iglesias y comunidades.

Proverbios 27:17 «Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo.»

El próximo capítulo explorará cómo formar y capacitar a un equipo ministerial efectivo, asegurando que todos los miembros estén alineados con la visión y misión del ministerio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *